Orgullo

Orgullo

28 de Junio de 2021

No pertenezco a ninguna de estas siglas: LGTBI+, así que hay muchas cosas que no he experimentado, y no puedo saberlas.

Pero hay una que sí la sé, y probablemente sea la más importante.

Sé lo que es fingir.

Me he pasado la vida fingiendo ser alguien que no era. Escondida tras un personaje diseñado a medida. Creyéndomelo a ratos, adornándolo para convencerme y conformarme. Obligándome siempre. Puliéndolo con el afán de merecer la gran recompensa: la aprobación, la aceptación, la integración.

El amor.

Sé lo que es disimular, y pasarme la vida actuando en una función eterna que sólo paraba al hacer la mochila y huir lejos, y allí, en cualquier lugar desconocido, rodeada de desconocidos, dejar descansar al personaje unos días, y permitirme ser yo.

Seguro que en esto sí nos entendemos.

¿Sabes qué?

No ha servido de nada.

No ha valido la pena.

En el fondo, «yo» estaba ahí. Por mucho que quisiera convencerme de que era otra, «yo» me asomaba; a veces tímida, a veces palpitante, a veces rebelde, a veces rabiosa. Y cuando creía que ya no sabía quién era me buscaba en el espejo, y me aferraba a todo lo que me daba identidad, y sentía muchas cosas, muy encontradas, pero había una que me costó mucho tiempo reconocerla, porque no estaba acostumbrada.

Sentí alivio. Y liberación. Ya no necesitaba la aprobación de nadie.

Lo mismo que deseo que sientas tú, de ser tú.

Es lo único que vale la pena.

¿Me cuentas tú?

Escribe un comentario