29 Dic Nochebuena
24 de Diciembre de 2021
Esta mañana, mientras sacaba la olla grande, la que trabaja sólo los últimos días del año, un pensamiento ha venido rápido, sin buscarle, así sin más, transparente, sencillo y amargo:
Cada año que pasa me cuesta más tener alegría en Nochebuena.
Y no me ha gustado nada.
Así que… la olla va a seguir siendo la misma, aunque mañana se llene el congelador de porciones individuales. El mantel, el de lino con las iniciales bordadas del ajuar de mi madre, aunque sólo cubra la mesita redonda de esta cocina, que intenta ser acogedora. El horno se encenderá como cada año con su bandeja de gambones, y cuando el olor se escape por la casa sé que acabaré poniendo villancicos, de los de antes, de pandereta, para volver a oír el jolgorio que hace tantos años que se ha apagado. Este viejo plato descascarillado ha surfeado conmigo todos los tsunamis, desde que empezara a fregarlo cuando aún tenía que subirme a un taburete, y no hace falta que te cuente que no lo cambiaría por la vajilla más lujosa del mundo.
No, no me aferro absurdamente a lo que ya no puede volver, no es eso. Simplemente esta noche, más que ninguna otra en el año, significa «familia», y te regala una dosis de evidencia, lúcida y brillante, que te hace dar, sin falta, un repasito a la tuya. Si no estás entendiendo nada, te felicito (y te envidio mucho). Pero esta mañana he estado a punto de ir al ascensor y pegar una nota, el que esta noche esté solo y no quiera, que suba, así tal cual, porque esta noche el mundo se divide en dos, y los viudos, los divorciados, los recién llegados, los que tienen parejas descafeinadas, los que tienen hermanos y primos y tíos pero como si no los tuvieran, los que no tienen amigos, o los tienen lejos, todos esos nos reconocemos, sin explicaciones, sin dramas, porque no sé si es que la gente no se da cuenta de cuál es la verdadera epidemia de estos tiempos absurdos, en esta sociedad ridícula, y no, al final no he puesto el cartel, porque justo hoy, precisamente hoy, la que ha empezado a tener dolor de garganta, picor de ojos y mucho frío, soy yo.
Y aun así….
Te deseo una Feliz Navidad, sea como sea, estés en el club que te haya tocado, a pesar de este rollo que nos está complicando tanto la vida, a pesar de los problemas, da igual. Coge tu copa preferida, la mejor, la buena, la más bonita, abre una botella, sí, da igual que sea para ti solo, abréla, y brinda.
Yo lo haré, porque lo más importante, lo que sí hay que celebrar, siempre, es que estamos VIVOS.

¿Me cuentas tú?