09 Feb Callejeando por El Sensal
9 de Febrero de 2023

Se supone que pasear por las periferias no tiene nada de interesante. Sin embargo, es agradable perderse por los parques que no hay en el centro, por las calles amplias, limpias y en silencio, sólo interrumpido por los pájaros y alguna manguera que riega las terrazas de los primeros. Son pisos pequeños y coquetos, con áticos primorosos de toldos extendidos y terrazas simétricas rebosantes de plantas; residenciales con canchas de deporte y piscinas y sillas infantiles en el asiento trasero de los coches.

Ordenado y apacible, en El Sensal los espacios se bifurcan por las calles dedicadas a los ríos: Sella, Támesis, Danubio, Nervión o Sena, dejando el Paseo principal al más majestuoso de todos, el Nilo, aunque no sé si es un simbolismo buscado o sólo una casualidad.

En las ciudades mediterráneas, tan faltas de agua y de verde, se aprecia cualquier rincón umbrío, con suelo de tierra, fuentes, árboles altos y setos tupidos junto a los que apetezca sentarse en bancos de madera. Lo hortera se nos ha apoderado desde hace tanto tiempo que agradecemos cualquier detalle que nos recuerde a esas recoletas ciudades que protegen lo antiguo, y saben combinarlo con lo nuevo sin desmoralizar.

En una ciudad tan dispar como ésta, en este barrio se ha intentado dar un poco de coherencia estética. Sin ser perfecto, agranda la ciudad, como un apéndice de algo distinto que empieza al cruzar la avenida.


¿Me cuentas tú?