La señora Scrooge en la Plaza Mayor

La señora Scrooge en la Plaza Mayor

La divertida cena de Navidad de Creativos Enredados ha dado la pista para el relato de la semana, un juego de palabras encadenadas que tienen que aparecer por orden: esperanza, zambomba, baile, legado, dorado, domingo y gozo. Si a ti también se te había instalado el señor Scrooge en el corazón, no pierdas la fe: te aseguro que el milagro de la Navidad, ¡existe!

23 de Diciembre de 2022

Tenía la esperanza de librarme también este año y miré el calendario con aversión, mientras se me instalaba, como siempre, ese dolor de cabeza lento y pastoso que me espesa cada Diciembre hasta que el concierto de Año Nuevo me anuncia, con alivio, que ya ha pasado todo. Pero ya no me quedaban excusas y, cuando se acercaron los días sin que tuviera nada preparado, el agobio empezó a martillearme como si llevara en la cabeza una zambomba con altavoces y me acerqué al centro, buscando en las luces recién inauguradas un poco de la ilusión que hacía ya tantos años que no encontraba, pero ni siquiera el baile de unas niñas, emocionadas frente a la casita de Papá Noel, logró conmoverme, y todo me pareció absurdo y artificial, es que ya ni siquiera hace frío, resoplé quejumbrosa, ni puedo volver a la casa del pueblo, ni salgo disparada al río con la bici, ni subo al monte a por piñas para encender la chimenea, ni está mi madre haciendo coronas de pino y romero ni mi padre dándole los últimos toques de musgo al belén ni…

Ni tengo diez años.

¿Desde cuándo te has vuelto una amargada en Navidad? me preguntó la que vi en el reflejo de la cristalera de la catedral, tan huraña y repelente, ¿no te está durando demasiado? menudo legado vas a dejar, y el destello dorado de las luces me escoció los ojos o igual fue que me rendí.

Aquella Navidad del pasado no existe, me regañó, y si sigues así, enfurruñada como la niña que aún eres, la del futuro tampoco existirá, porque la pasarás sola, en algún país caluroso de cualquier cultura que no la celebra, pero no lo disfrutarás y lo sabes, la única que tienes es ESTA y aún estás a tiempo, es el domingo, así que coge el teléfono y di que sí a todo lo que habías dicho que no, y compra turrones y regalos y deja que el corazón se te llene de gozo por terminar el año brindando con los que aún te quedan, con los que sí tienes y tanto quieres, porque sabes de sobra que ésa es la mayor celebración, la verdadera Navidad, y me guiñó un ojo antes de desaparecer, y cuando volví a mirar las luces brillaban aún más que antes, y respiré hondo y conecté el móvil.

Ya es hora, me dije, de volver a tener una Noche de Paz.   

¿Me cuentas tú?

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