Domingo de Pascua

Domingo de Pascua

17 de Abril de 2022

Hoy era estrenar vaqueros y zapatillas, y, si había suerte, el primer día en manga corta. La pañoleta preparada, los bocadillos de pa amb tomàquet i embotit, tortillas de patatas, chimets, longanizas y las monas con sus huevos pintados; todo fácil de llevar en los bolsos de mimbre a reventar. Y saltar a la cuerda (¿¿alguien se acuerda de lo que era saltar a la cuerda??’). Los chalets dispersos por la montaña despertándose a la vez con petardos y euforia. Eran los 70.

Da igual si crees todo o algo o nada. La tradición estaba en el ambiente y crecías impregnado en ella, y aunque no participaras, de alguna manera te sentías parte. En mi caso, en mi casa, se había vivido durante generaciones con la intensidad de quienes pertenecieron a ese lado. Da igual si yo creí todo o algo o nada; vivía cada año la ilusión de la Palma del Domingo de Ramos, las croquetas de bacalao los viernes sin carne, el silencio reverente de las últimas noches, las lecturas de la Pasión y, por fin, la alegría del Encuentro, que llegaba con un desahogo que no sabía explicar, una liberación, un alivio, un comienzo nuevo de no sabía muy bien qué, una alegría rara, un sentimiento de pertenencia y de acogida, tan reconfortante como extraño, la emoción de las mujeres, que antes no entendía y ahora y tanto que sí, y me fui dando cuenta de que todas las tradiciones, desde las «oficiales» hasta las tribales, tienen, a su manera, el mismo rito fundamental: morir para renacer, acabar para empezar de nuevo, matar los defectos, las trampas y las ataduras para volver mejor, libre y en paz, que es lo que nos pasamos la vida persiguiendo.

El día grande de los cristianos no es la Navidad, como suele creerse; es hoy, el día de la Resurreción, cuando el ser ha transitado a otra dimensión en la que sigue vivo. De otra manera, pero vive. No hay forma de comprobarlo. Pero da igual si crees todo o algo o nada. Con cada tsunami de la vida morimos, y cogemos fuerzas, y volvemos y ya no somos los mismos: somos mejores. Morir y volver a nacer, es lo que hacemos constantemente. Una y otra vez.

Las que haga falta.

Feliz Domingo de Pascua.

¿Me cuentas tú?

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