Vuela niña, vuela alto

Vuela niña, vuela alto

Relato de la semana para Creativos Enredados. Pista: vuela niña, vuela alto, que la gente tira a matar cuando se vuela muy bajo

18 de Noviembre de 2022

Entraron en la cocina, silenciosas, como habían pasado todo el camino de vuelta. La niña se sentó y ni siquiera pidió la merienda. Su abuela la miró de reojo y puso a calentar la leche, mientras sacaba el bizcocho que nunca faltaba en aquella casa. El olor de la abuela era el olor de la cocina, y cada tarde, cuando la niña abría la puerta, ese aroma salía a recibirla, para demostrarle que había llegado al lugar más caliente del mundo.

Hoy, la niña había sabido, por primera vez, que afuera hacía frío, y se encogió en la silla, mientras su abuela la miraba con calma, esperando que fuera ella la que lo dijera.

‒No lo entiendo‒murmuró‒no es que no me han felicitado…

Una lágrima empezó a caer por su mejilla hasta que dejó un lunar mojado en el mantel, y la abuela la miró, con una pena infinita, porque sólo tenía diez años y esto no era nada, todavía, sólo era empezar.

 ‒Abuela‒soltó al fin‒es que ni siquiera me han aplaudido cuando he subido a recoger mi lote de libros… ¡todo el colegio mirando y nadie ha aplaudido!

La niña dio una palmada en la mesa, descargando toda su decepción y  al fin, también su rabia y ahora sí, empezó a llorar de verdad, incrédula, porque ella se había alegrado por todos los demás, el de dibujo, la de manualidades y la de música, y casi había reventado de orgullo cuando oyó su nombre, y se había levantado despacio, saboreando el momento, su primer concurso de cuentos, y al llegar al estrado su sonrisa ya se había quedado congelada, y había recogido el diploma con toda la dignidad que le quedaba, desde que los primeros aplausos se habían sofocado enseguida, entre susurros y risas, y había vuelto a su sitio y nada sería ya igual, y su abuela se sentó a su lado, cobijándola, dándole todo el tiempo que necesitaba para asegurarse de que entendiera bien lo que iba a decirle, algo que no debía olvidar jamás.

 ‒Vuela alto, niña, vuela alto y nunca mires atrás. Que la gente tira a matar cuando se vuela muy bajo…

        

¿Me cuentas tú?

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