Zumbidos

Zumbidos

Relato de la semana para Creativos en Verano. Pista: hay un avispero en el barco

28 de Julio de 2023

Somos más listas que el hambre, eso dice el capitán. Cada año, el pobre hombre hace revisar palmo a palmo los camarotes, las terrazas, los salones y los comedores, las tiendas y los gimnasios, pero, sobre todo, el submundo de este trasatlántico inmenso, lo que los turistas ni se imaginan que hay aquí abajo, entre la sala de máquinas, las cocinas, los garajes y los pasillos estrechos y oscuros por los que circula la tripulación, de mil colores y lenguas diferentes, siempre corriendo, laboriosos como nosotras, de día y de noche, porque el crucero no duerme nunca, ya lo conocemos perfectamente, desde que llegamos escondidas como polizones en la maleta de una señora que embarcaba por primera vez, y eso que no era lo suyo, decía,  pero por probar, ya nos aseguramos que no olvidara ese verano jamás en su vida, la pobre, que nunca sabrá que fue ella la que nos metió tranquilamente a bordo, después de pararse a despedirse de los vecinos de su plaza justo al lado de los rosales, donde, camufladas, estábamos nosotras.

Desde entonces vamos cambiando de ubicación aquí abajo, donde está oscuro y húmedo y los olores son densos: a grasa, a comida, a taller, a sudor y deshechos que se trituran con químicos. Al principio no distinguíamos, pero ahora, con la experiencia, respetamos a la tripulación, porque se lo ha ganado, y sólo nos divertimos con los turistas, que además cambian cada semana, con lo que tenemos novedad constante y sangre renovada.

El capitán dice que nunca se rinde, como buen marino, y que nos encontrará. Lo que no sabe es que aquí abajo no sólo estamos nosotras, qué va. Esto está muy concurrido, y no hay semana que no llegue un colega nuevo, escondido entre los equipajes. Aquí, en las tuberías que atraviesan el barco como un circuito perfecto de venas y arterias que se retroalimentan, hay ratas, arañas, mosquitos, moscas, polillas, cucarachas, gusanos y serpientes y a saber qué más. Aquí abajo habitamos cientos, miles de bichos desconfiados, embrutecidos por haber tenido que adaptarnos a un hábitat que no es el nuestro, sin sol, sin verde, sin agua limpia, peleando entre nosotros para sobrevivir, cada vez más agresivos y peligrosos. Nosotras estamos seguras. El avispero está en el único sitio que al capitán no se le ha ocurrido mirar: la rejilla de ventilación de su propio camarote.  

¿Me cuentas tú?

Escribe un comentario